jueves, 12 de diciembre de 2013

De: LAS ESTACIONES DEL ALMA

REFLEXIONES DE NÓMADA

  Todo lugar espera por mí: la casa, el barrio, el museo de armas, algún sexo inoportuno, un poema tibiamente insólito… Están todas las puertas, menos el mar. Tras él hay unos ojos en comunión con la noche. Un conglomerado de estrellas para mis ruinas. He de seguir coleccionando piedras: trampas para el corazón y la memoria… Quizás la nieve comienza a tocar mi raciocinio o alguna melodía que se calla. Sigo a la diestra del abismo mientras enlazo cada minuto que dejé atrás con el violento paso del eterno tren y otros besos… La claridad de su pupila es mi ceguera… Recuerdo sus mariposas por el lecho. El pálpito de la sed en medio de la ciudad. Morir en sus brazos y redimir la última estocada. Todo lugar me espera ahora… Ya no es Piazzale Michelangelo ni el buongiorno… Es Muelle de Luz, Cristo de Casablanca… La Mezquita de Córdoba o Las Ramblas de las Flores donde no seré virgen de cera para recordar la historia… Todo rincón será nuestro… El mundo ya no es mundo. Es la otra parte. No seré la mujer que reposa en sus papeles o la devota. Soy el fantasma de mi espectro. No puedo repartir panes ni peces. Ni siquiera soledad. Mi ausencia está aquí. Tortura los caminos...

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