para llenar el
estómago cuento lunes
que
zozobran en el calendario
estrujo los
bronces de la voz
entre ojos que
arrinconan la noche
junto al aullido
predicador del hambriento.
no debo consentir
el disimulo de la solidaridad entre comillas
ni ingerir la
píldora de la esperanza con cicuta.
no vienen días
mejores:
solo audacias y
ruedas de prensa gastadas en el gemido.
simplemente llega
la mañana con la rutina de arañar la tierra
comerme las uñas
y reinventar las
nupcias entre poema y orgasmo
mientras otros
vacacionan con la angustia del mundo
y me lanzan al
corazón toneladas de escombro.
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