Resucitó, no está aquí
Marcos 16,6
El martirio fue
alguna vez reconocer la creación infinita y no poder contra la maldad. El
martirio no fue El Gólgota: fue el deseo. Todo se cumple. Regreso al polvo. De
mis heridas brota el Árbol Eterno y doy sombra… Si alguien mutila mis manos, sírvame una copa. Así he palpitado y regresaré cada cuaresma. Será como hurgar
entre recuerdos los asuntos peligrosos del corazón. Si queda algo de rabia en
mí, es que estas mismas manos se atrevieron a lanzar su alma por el despeñadero...
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