No vengo a decir VERSO en una plaza sin retorno
ni
hambre o calendario de rebote
que usurpe un rato de paz en
maniobra.
¿Dónde
duerme la sonrisa con
ojos de comensal famélico?
No
voy a cincelar otra historia
o
hacer dulce el presente de ayeres sobre el hombro.
¿Cuánto
cuesta un puñado de escombros en el pecho
o
llegar tarde a la cita con el alba?
Desidia y polen traspasan nuestra puerta.
Acechan
jaurías peligrosas.
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