viernes, 13 de junio de 2014

GRITO DEL INDIGNADO

IX

la eternidad lleva sangre en el costado
un sabor agridulce de acontecimientos
el viaje sin rumbo de las piedras
                            que se aglutinan en la fatiga
como parte global del purgatorio.
la vanidad tiende a deshojarse
al sostener nuestro calibre
                                  más allá de la sombra
donde perdura el aullido que nos levanta
                               mientras cincela el camino.
¿cómo andar sin pies?
no sé cómo amontonar nuestras células
en la voz de los huracanes.
nadie sabe 
cómo la servidumbre desmenuza la palabra
                                                con fines terapéuticos
para aplacar esta cólera que atraviesa los rincones. 

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