DESAHUCIO
El día del olvido es hoy o nunca
en la oquedad de la resignación
y en la piel del cordero.
Es cuchillo ante las estaciones del amor y del odio.
No sé si alguien vendrá a morir
junto a los trazos de agua bendita expuestos en mi
útero.
No quiero secarme entre gerundios y soledad
cuando alguien subaste cometas
en una esquina del mundo
cerca de mis ojos.
Los excluidos siempre estaremos indefensos
frente al tálamo del
ansia.
¡Carne, oh, bendita!
¿En cuál tablero serviremos el morbo?
Mantienes un nivel poético de mucho merecer, amiga. Prolífica y atinada...no es fácil. Claro, es producto del oficio alcanzado. Te felicito!
ResponderEliminarBesos y abrazos, paisana poetisa
Gracias, querido amigo.
ResponderEliminarRecíprocos besos y abrazos, poeta!