miércoles, 28 de enero de 2015

CLXII ANIVERSARIO DEL NATALICIO DE JOSÉ MARTÍ

MIS SENCILLOS VERSOS DEL ALMA (A pesar de la sequía)

                                         Apóstol, voy a parafrasearte cuando la vida continúa igual

He querido ser sincera        
más allá de la palabra
pero está el abracadabra
de mi semilla extranjera.

Ya busqué en la patria mía          
no el diamante que enajena
sino la tierra serena
por Martí ansiada algún día.

El tiempo es un manantial              
de promesas y mentiras,
dulce clavel y las iras
convertidos en cristal.

Quisiera ser el anverso
de la tierra y de la mar.
A veces quisiera estar
entre la tinta y el verso.

Yo quiero cuando reviva
encontrarme entre los buenos
sin mentiras y sin frenos
en libertad no furtiva.

No debo hallar en mi losa
más lágrimas entre ruinas.
Mejor dejad las espinas
y cantadme alguna glosa.

Entre flores y banderas                      
también se encuentra derrota.
Prefiero justa mi bota
ermitaña sin fronteras.

Al mundo voy con dolor
del mundo vine sin pena
y soporto la condena
de un recuerdo sin amor.

No he sido de parte alguna
y en ninguna parte estoy,
simplemente lo que soy
es un átomo de luna.

He visto espuma en el monte;
en el monte, la espesura;
en mis calles, la amargura:   
encadenado horizonte.   

Probé azar, vicio y estrella
en guaridas de la noche.
Fui reina y también fantoche,
tálamo, placer y huella.                    

Con Caronte va la gente
sin darse cuenta siquiera
que el ritmo marca a cualquiera
siempre en el mismo puente.

Tengo tu copa con alas
rebosada de poesía
cuando pierdo la alegría
tomo la fe que acaudalas.

Enciendo con ironía
el pabellón de mi suerte.
Aborrezco el “patria o muerte”
que asoló aquella armonía.             

Los testaferros del odio
fueron las huestes vecinas
que apostadas en esquinas
tramaban vil episodio.   
                                                                         
Al cumplir mi sueño errante
-entre muro y patrimonio-
hallé escombros y un demonio
que me hicieron emigrante.

Yo soy el águila herida
que busca quien le consagre
y en la miel halla vinagre,
y en el vinagre, su vida.

Mi luz, -escarlata túnica-
ilumina cualquier vía:
espada y copa sombría
fe de acero, triste y única.

Cuba me hirió en el costado.                   
Sangré mil veces su angustia
hasta hallar mi rosa mustia:
esta España la ha secado.

No iré jamás a lo oscuro
a morir entre el espanto,
con las rimas que ahora canto
ya me maté con cianuro.

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