domingo, 1 de noviembre de 2015

De CUBANEOS

VÉRTIGO
                                                                                            (basado en un hecho real)

No logro precisar la charla que Virgilio mantuvo durante tres horas consecutivas en la sobremesa de una comilona ofrecida a los laureados de cierto premio literario. Solo recuerdo que todo giraba en torno a su tortuoso pasado “Patria o Muerte” y a mí. Nunca supe de dónde coño me conocía, pero me definió como “puta intelectual que sabe escuchar”, y me vi atada a la silla de manera inexcusable. Lo único que tuve claro es que los cigarrillos de contrabando fueron devorados como postre y que los eructos de su borrachera hacían danzar a la gran araña encendida sobre nuestras cabezas. Para calmar mi angustia, comenzó a sobarme el muslo y mi vagina temió un final escandaloso en presencia del camarero que ansiaba echar el cierre al local. Sin pensarlo, corrí escaleras abajo hasta llegar, justo, donde estaba aparcada mi bici. Al darme la vuelta contemplé su cuerpo que, estampado en el pavimento, continuaba su cháchara entre sesos, meados y mierda. Después… prefiero no rememorar la historia.

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