sábado, 28 de noviembre de 2015

MIENTRAS DORMITAN LOS RELOJES DE MI ISLA

nada se me ocurre
ni siquiera garabatear el espacio
entre tu cuerpo y mis ojos
                       en medio del alba.
nada.
solo apurar el café humeante
y vaciar la cajetilla de cigarros
en medio de la tos
                                y de la gente.
todo falta ahora entre mis manos.
todo:
salvo el mamut de los recuerdos
el malecón con sus jineteras tristes 
los discursos de artillería pesada
                             que desquiciaron mi paciencia...
todo falta ahora
menos la poesía que me fue negada
y esta espera que ya olvidó 
que tras el horizonte yace el cansancio.
nada se me ocurre
ni siquiera otro modo de enfrentar la angustia.

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