CAMARADA, MIRA QUE TODO ES MENTIRA
A Pedro Lemebel
Qué importancia pudo tener el unicornio
que te abofeteó las dos mejillas
y acribilló tu militancia junto al eco
de las melodías hipócritas.
Qué importa si la izquierda no fue zurda
para ovacionar tu silencio a gritos
o si la raíz que te arrancaron
engendró más veracidad a tus palabras.
Qué puede importar la lealtad
en las bellísimas esquinas del pecado
donde sólo el escupitajo a la cara
es contestatario de la razón.
Camarada
hoy te regalo todos los unicornios
y azucenas rojas para que cuiden tu cadáver
pero el unicornio no ha de ser azul
-ese fue solo pantomima o una simple metáfora
tan mundana como la calavera del viento
que conjuga idilios-.
Voy a regalarte un micrófono
donde tu voz rompa las travesías de lo necio.
donde tu voz rompa las travesías de lo necio.
Qué bien, amiga. Cuánto dices en tus versos, de rebelde poeta.
ResponderEliminarBeso