martes, 7 de marzo de 2017

NUEVA ANTOLOGÍA EN ARGENTINA



REFUGIADOS
Panes asesinados a contracorriente
marchan junto a mi corazón en una lágrima
                                             que no cesa en su latido.
Ya no soporto el vértigo tras la quimera
que no quiere rendirse ante el témpano de la memoria.
Vienen esos panes sobre mi piel desnuda.
Vienen
                      y caen
como ramos de luz en el sepulcro de la pena.
¿Qué es la vida con tanta atracción
                             por la meta inalcanzable,
con tanto anhelo
                     a la grupa del incierto futuro?
¿Qué es la vida con tanta muerte en los labios,
                                 con tanto salitre en la muerte?
Vienen los panes y mi corazón
sobre barcos de fuego y estrellitas de mar 
mientras no puedo dormirme
                        en una pincelada de esperanza.
En mi oreja pululan las promesas de algún dios de barro
y entre mis dientes,
                              la mascada del hambre.
¡Ah, esos panes asustados de Leviatán
que nunca pudimos cobijar en nuestra sombra!
¡Esos panes prohibidos en los manteles!
¡Panes oscuros que semejan nuestro coágulo!
Viene la cabalgata
                           de angelitos que arañan el cielo
con nuestro épico silencio en el grosor del aullido.
La cabalgata
                 acude espantada a mi párpado insomne.
Llega y se dispone a penetrar este mal poema
que hornea el cadáver de los sueños.

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