A Pablo Neruda
No haré veinte
poemas de amor
ni pintaré
aerolitos sobre páginas indiscretas.
Aprendí de ti
ese verbo hermano
que canta en las
mañanas
a través del
viento y los pinos.
¡No!
No puedo
escribir siquiera un poema
donde no salte
la luz entre los arcos
que atestiguan
tu presencia
bajo mi almohada
cada amanecer.
Tampoco estoy
desesperada
entre las notas
de una canción que no se olvida.
Soy el último
otoño de tus brazos
el esplendor
taciturno que merodea este silencio.
MDenis©IslaNegra
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