La Poesía
nos acoge entre sus alas
para
limpiar nuestra aspereza
nuestra
mezquindad
y esas
carencias que nos culpan
de cuanto harapo se desliza
por las bocas.
No quiero
buscar piedad ante un charco de sangre
que absorba
mi prudencia.
No acepto
ese trago de hiel
ni ser un
número más
entre los
arrepentidos de no hacer nada
que blanden
el Verbo
mientras maquillan la existencia.
La Poesía
nos acoge en mitad de su lágrima
nos rebota
nos
advierte que la soberbia
es un modo de
soborno,
que urge
una pincelada de coraje
un carrusel
de puentes…
Nos designa
implicarnos en cada incendio del alma
y preparar
caminos
sobre las grietas de
la humanidad.
MDenis©Versosalaire
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