VIERNES
Clamando
con una voz muy fuerte dijo: Padre mío,
en tus manos encomiendo mi espíritu
Dios mío, ¿por qué me has
abandonado? La vida se puso en mi hombro cuando compartieron mis ropas y
echaron a suertes mi poesía. Tuve sed y soporté el ansia infinita de la carne. Aquí
pondrás los labios porque el amor deja huellas profundas. De lo contrario, los
hombres se perderán para siempre… Luego desclavaré mi cuerpo. Mi sangre
inundará las calles, los corazones, pero la gente no dejará de temblar
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