Para Alfonsina Storni
Tú, Alfonsina,
en tiempo de caracolas y bivalvas,
con cabello de algas y celeste pupila
en mil gargantas desbordas la
existencia
colmada de razones para perpetuar la poesía.
Y es que supiste equilibrar los universos
con la primavera adormecida en la mejilla
frente al espejo siniestro de los años
roturado en el pezón de la agonía.
Tú, Alfonsina, hermosa doncella de las aguas,
que habita cada segundo de la vida
en dorada carroza de ignotos jardines
entre hipocampos y estrellas marinas,
desde aquella noche en que fuiste luciérnaga
en el vientre de la playa malherida
-más plateada con tu voz que la misma luna-
vienes navegando en el lomo de mi lírica,
vestida de amapola con olor a salitre.
Poema publicado en antología de Poetas del Mundo "Isla Negra"
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