Me disponía
a visitar el recién inaugurado Museo “José Lezama Lima” en el barrio de Colón.
Una vecina del lugar, conocedora de mi pasión hacia el progenitor de Paradiso, tantas veces censurado en
nuestro país, insistió en hacerme ver de cerca cómo las paredes de lo que fue
su hogar, desprendían toda la cultura plasmada en la obra del maestro.
Iba,
además, a reunirme con unos amigos. ¡No ocurrió! No fui de las miles de
personas que salieron a tomar las calles en aquel suceso conocido como “El
Maleconazo”. Sencillamente, estaba en el lugar y momento precisos para acabar
de despertar del sopor que inocula cualquier régimen dictatorial.
Desde el día antes se rumoreaba sobre
el buque griego en la bahía, dispuesto a dar acogida a quienes desearan huir de
los “segurosos”, los CDR y la miseria…
M.Denis©Castrofobia
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