jueves, 20 de diciembre de 2018

ARRIVEDERCI, COMO ME DIJISTE…


                                                                                   Para Teresita Fernández

                              La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien
                                                        la obra de la vida.
                                                              J. Martí

No debo aceptar el crepúsculo
impuesto a los ojos
           repletos de distancia y dolor.
No puedo siquiera
sentir que me deprimo
en ausencia de golondrinas
que semejan asteroides y silencio.
Tu garganta sigue intacta
sin más ovación que la noche
llena de pájaros y tortugas
que cunden mis horarios
de espalda a los aviones.
El camposanto no es lugar para ti.
Cualquier teclado emite tu sonrisa
y no te asimilo prisionera de ataúdes
                                           ni de lágrimas.
Tú eres más:
luz de universo expuesta a los girasoles
con tu  poncho y abanico de palabras.
Eres ron y tabaco,
texto inédito en las mieles del olvido,
voz y sombra
en el desconcierto de la belleza.
Tengo la infancia en un puñado de ecos
como escaramuza de guitarra
                            y duendes marchitos,
el alter ego sumido en el osito azul
                             que enjugó mi lágrima
y una taza amarga de café.
Yo partí antes que tú
dentro del zapato sin héroes
                       cubierto de escándalos.
Partí en el maullido de cada pétalo
sin más rodeos que un adiós
para rebuscar entre lo feo del mundo
                                      aquella inocencia.

MDenis©enlasantípodasdemicabeza



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