(Imagen tomada de la red)
AL FINAL DEL CAMINO
A Pablo Ojeda
pasó la luz
el sonido fue a parar
al pozo de la costumbre.
hoy nos despeina cada amuleto.
algo escapó:
el pincel
la palabra…
¡fue la sombra!
un perro aullaba sus espasmos
cuando pasaba el amor
cuando pasaban
las advertencias de mamá sobre la sopa
y los lagartos frenéticos
que dilapidaron la mansedumbre
cuando pasó la rabia de mi hijo
en el vientre de
todas las coartadas
pasaron la culpa
-mi culpa-
los años:
peces diabólicos y obscenos
imprudencias
mi reverso
y el maniquí verde de las hazañas de
humo
repleto de apelaciones y compinches.
aquí
al final del acuoso sendero
perdí el rostro.
MDenis©lahabana1996
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