Autor: Raúl Hernández Novás, La Habana, 1948
RAGA DE LA TARDE (fragmento)
VIII
Ausente, te descubro en el olvido,
en las espigas que tu viento roza,
en la bandera que tu amor destroza,
cabello o ángel de mujer nacido.
Que, aunque la espiga de mi pulso henchido
bata como bandera tormentosa,
espinoso cadáver vi en la rosa
y silencios de tumba en el vagido.
Monedas tuyas son de un solo rostro,
que unos llaman amor y otros tiniebla,
el alto sol, la tierra en que me postro,
la ancha noche del mar, su lumbre amada
que construye con lápidas de niebla
edificios de amor sobre la nada.
RAGA DE LA TARDE (fragmento)
VIII
Ausente, te descubro en el olvido,
en las espigas que tu viento roza,
en la bandera que tu amor destroza,
cabello o ángel de mujer nacido.
Que, aunque la espiga de mi pulso henchido
bata como bandera tormentosa,
espinoso cadáver vi en la rosa
y silencios de tumba en el vagido.
Monedas tuyas son de un solo rostro,
que unos llaman amor y otros tiniebla,
el alto sol, la tierra en que me postro,
la ancha noche del mar, su lumbre amada
que construye con lápidas de niebla
edificios de amor sobre la nada.
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