Al otro lado del mar
se alza la montaña
mientras mi ceniza engendra estos versos.
Merodeo la puesta de sol
como buen testigo
que pretende la inmortalidad.
El veredicto es poner mi cuerpo
a podrir bajo la luz.
En la lista
no hay un solo nombre por quien apostar
para la embestida del último arcángel.
MDenis®BAJOELCIELODELEXILIO
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