A Marta del Castillo
(11 años sin ti)
Marta
qué pocos aniversarios alumbraron tu sonrisa.
La cronología está sujeta por agujas
que estropean cualquier
hallazgo en las aguas del Guadalquivir
o entre las manos que prefieren acunarte.
No sé qué ocurrió.
Qué pudo más que tu vida y tu muerte
en la madrugada desnuda
donde un péndulo se revuelca en la memoria
sin descifrar el contagio del brutal aguacero.
Cómo equilibrar la coartada
mientras algún sabueso
huye entre las piernas de la justicia.
La clorofila del patio verborrea con las flores
que nunca más serán para tus ojos.
Marta
hoy somos la retina húmeda que reclama tu alegría
mientras el abuelo derrama lágrimas
que riegan el paisaje de la impotencia
entre el enigma del adiós y las mariposas.
MDenis – Donde lloran los ángeles
(imagen tomada de la red)
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