Lo siento por ustedes
Pero es odiono otra cosa.
Es odio por el sol
los goles en contra
las lentejas
los que dictan
las mariposas.
Es un odio detestable y sucio
Por los que esperan
los que no quieren ver
las balsas.
La frontera.
A veces ese odio desaparece
cuando mis dedos se humedecen entre las piernas
de la mujer que ahora miro
desaparece
cuando sin desperdiciar nada
mi lengua saborea los jugos de ese espacio caliente
que voy a penetrar con toda mi enormidad
que voy a penetrar despacio
con ganas.
Y todo para olvidarme del odio
que siento cuando escucho aquella canción
que no cito por vergüenza
o porque pierdo mi erección si me desconcentro
o simplemente
no la cito porque la revolución sí lo hace
y yo no quiero problemas.
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