Aquel 1 de enero
el hombrecito verde
ajustó su bota
afiló su barba
limpió de sangre la boca de su fusil
y emboscó todos los sueños.
Luego
el hombre verde
mandó a limpiar su bota
-a veces con saliva-
perfiló su barba
convirtió la servidumbre en roja y ciega
guardó su fusil y repartió pistolas
a los sepultureros elegidos.
El hombre verde se convirtió en bestia
repartió coces
entre consignas
baba y manicura.
Después
la vieja bestia verde
hundió su isla
y abrazó en secreto el capitalismo
hasta transformarse en momia.
La momia verde usó chándal
y condicionó el futuro inverosímil de un país
que carga el peso de 61 años
entre toneladas de escombro.
La momia de chándal
no pudo pisar el cielo
y fue rechazada también en el infierno.
¿Y hoy
dónde está el fósil?
MDenis©2020

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