Supongamos
que intento una aventura peligrosa
que la
Antártida balancea su hielo sobre mi cabeza
a punto de
reventar entre escorpiones.
Supongamos
que
recreo los paisajes tibios de la despedida
sin
hacer otra cosa que mirar a los ojos del futuro.
…Y es
que me reciclo en las orgías esteparias
que recomiendo
no beberse el Caribe
ni
estos versos:
¡son
las gotas cabizbajas del desastre!
Pero
supongamos que Habana es la suela de mi zapato
la guitarra
plañidera de mis bienes terrenales
donde
abunda la arcilla y el recuerdo.
¡Ah
si
pudiera arrinconarla en el olvido!
MDenis©Habanazombie
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