Lilliam Moro, La Habana, 1946, reside en Miami
ARTE POÉTICA
Ninguna línea sobra
ni una palabra está de más
ni de menos.
Pero el poema todavía no existe
porque hay un verso único,
inencontrable,
al que solo la furia luminosa puede tener acceso:
un destello que ciegue,
que contenga el misterio
y que nos corte la respiración.
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