lunes, 30 de noviembre de 2020

ALGO QUE ME ENVIARON POR PRIVADO Y ME HA HECHO REÍR...

 Fidel Castro en el Palacio de la "Chancleta"

Si usted no es cubano tendrá que esforzarse mucho para entender el concepto de "chancleta", un elemento extraordinario del folclor de Cuba. La "chancleta" es literalmente un sinónimo de pantuflas, pero como todo vocablo usado en un país latino, tiene también un sentido figurado. Dentro de ese intrincado laberinto de los sentidos figurados, "chancleta" es sinónimo de "chusmería". Todavía no entiende, ¿cierto? Bueno, pues nada, para presentar una idea más amplia digamos que "chusmería" es sinómino de "solar", con respeto para los dignos habitantes del "solar", que no es otra cosa que una villa miseria cubana, comúnmente asentada en viejos edificios apuntalados de barrios obreros. Perdido aún en la llanura, ¿verdad? La realidad es que, en 20 años de relacionarme con españoles, mexicanos, chilenos, argentinos, centroamericanos, estadounidenses, franceses y gente de otras latitudes, sólo he visto la "chancleta" en los ámbitos cubanos. Iremos a la descripción de ejemplos. "Chusmería" es una manifestación de la conducta cubana, carente de educación, de medida, de respeto hacia el prójimo. El vocabulario soez, grosero, aunque no se usen malas palabras, es parte de la "chusmería", y por lo general se utiliza para ganar alguna "guerrita" personal. El apodo burlón hacia el enemigo, para hacer daño, es parte de la liturgia de esta amoralidad. El chantaje, por ejemplo, como arma para descalificar y desprestigiar a un adversario es parte de la "chusmería", y por consiguiente un acto de "chancleta". Quizás usar los términos "chancleta", "chusmería" y "solar", es una ofensa imperdonable a un amplísimo número de cubanos decorosos, con escolaridad pero sin cultura, con inteligencia pero sin información, con decencia pero sin oportunidades. Pero este uso figurado lo decidió el folclor criollo desde tiempos inmemoriales, y hay que partir de él si se quieren analizar las dimensiones del palacio de la "chancleta". Fidel Castro, aun con su cargo de comandante en jefe, de primer secretario del Partido Comunista y presidente de los Consejos de Estado y de ministros, y con su título de abogado, fue posiblemente la máxima expresión de la "chancleta" cubana. De modo que es posible tener una política exterior "chacletera", de la misma manera que se puede llevar a cabo una ola represiva "solariega". Cuando Castro calificaba tanto al exilio cubano de Miami como a la Unión Europea de "mafia", estaba dando rienda suelta a la "chancleta". Estaba tratando de descalificar a quienes condenan sus años de dictadura. Cuando decía que no entiende por qué el ex presidente del gobierno español Felipe González criticaba las ejecuciones y condenas a prisión de disidentes cubanos, si durante su gobierno se llevaban a cabo ejecuciones extrajudiciales de etarras, Castro estaba nadando en el mar de la "chusmería". Igualmente, cuando sacó a la luz una inocente conversación telefónica privada con el presidente mexicano Vicente Fox, Castro, en el más expresivo estilo gangsteril, se regodeó en el mundo de la "chancleta". La "chancleta" ha sido una norma de la política castrista desde los primeros días del triunfo revolucionario de 1959, cuando el nuevo régimen lanzó turbas civiles contra miles de cubanos al grito de "paredón, paredón, paredón", en un siniestro llamado a llevar a cabo ejecuciones sumarias en paredones de fusilamiento. Esa norma se aplicó igualmente durante la creación de vocablos-consigna encaminados a descalificar y a destruir a quienes pensaban y piensan diferente. "Gusano", "vendepatria", "lacayo", "esbirro" y otros muchos calificativos se concibieron desde la perspectiva de la "chancleta". En el 2002, Castro calificó al gobierno legítimamente elegido de Uruguay de "lacayo" y "genuflexo" por haber presentado una propuesta crítica de la situación de los derechos humanos en Cuba. En 1980, cuando en un acto sin precedente 10,800 cubanos entraron en la embajada de Perú en La Habana en busca de asilo político, Castro echó mano a la "chancleta" y calificó a estas personas de "antisociales" y de "escoria". Para probarlo, creó el éxodo de Mariel y prohibió la salida de miles de cubanos que eran reclamados por sus familiares en el puerto de Mariel, y en su lugar colocó a miles de reos comunes y enfermos mentales. Usted tiene razón, el castrismo siempre ha sido una dictadura, un régimen violatorio de los más elementales derechos humanos, una fórmula incendiaria que durante años provocó la muerte de miles de personas en América Latina y África, mediante sangrientas aventuras guerrilleras y guerras convencionales. Cierto, un satélite soviético durante la peligrosa Guerra Fría, pero lo que tal vez hizo a Castro más miserable, fue su capacidad de haber reinado durante cuatro décadas en el palacio de la "chancleta", el único de su tipo en el mundo. Un "solar" grande y poderoso, aunque en el extranjero se perciba de otra manera, un "solar" con su vocabulario específico, desde el cual se decide quién vive y quién muere. Jesus Hernandez Cuellar

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