lunes, 28 de junio de 2021

#MirenACubaOLosMatan - #cubalexdenuncia

 #cubalexdenuncia

🚨🚨🚨
El reportero Héctor Luis Valdés Cocho denuncia haber sido atacado sexualmente por dos hombres en un calabazo, mientras estaba recluido por intentar llegar a #VillaMarista hoy, a interesarse por un artista detenido Hamlet Lavastida. El reportero responsabiliza a la policía política por este hecho.

Compartimos su testimonio:
"Sin apenas poder dar un paso fui detenido por un joven vestido de civil y dos oficiales uniformados. No me dejaron apenas transmitir, ni tan siquiera grabar. Tampoco podía, desde mi entrada al Mónaco perdí el acceso a los datos móviles. Podía ver en el CUPET que se encuentra situado frente a Villa Marista varias patrullas, policías y agentes de la seguridad del estado; un operativo inmenso sólo para un grupo de jóvenes que solo iban a preguntar por un amigo. Yo por supuesto, iba a reportar minuto a minuto, lo que ahí podría ocurrir.
Sin identificarse me montaron en la patrulla 966 y de ahí me trasladaron para la unidad de Aguilera, en el municipio de 10 de Octubre. En cuanto llegue fui bajado hacia los calabozos, pero antes desnudado sin autorización alguna para ellos comprobar que no trajera encima ningún dispositivo de grabación. Me pusieron en una celda sólo, según ellos para prevenir que me contagie con el virus, cuándo más que comprobado está el verdadero virus que padece Cuba.
Casi al instante entraron a la celda dos hombres de unos treinta y tantos años, uno de ellos más delgado que el otro. Me pareció raro desde el comienzo ya que me habían dicho que estaría sólo. Al momento comenzaron a ofenderme por mi orientación sexual, me decían que mi cara les era conocida de algún sitio; hasta que uno de ellos, el más fuerte, me preguntó que si yo era el pajarito de las redes sociales, la damita que vivía en San Isidro.
Al ver que yo no les contestaba comenzó lo que hasta este entonces sería para mí, el capítulo mas espantoso de mi vida.
Uno me tomó por los brazos y me pegó a la pared, mientras el otro intentaba tocarme los glúteos mientras me decían en el oído que ellos sabían como tratar a las princesas. Aún siento su hedor, juraría que olían alcohol; no puedo ni podré olvidar el aliento de uno tratando de con su lengua tocar mi cuello. No atiné a nada, solo a gritar, apenas me salía la voz entre los sollozos y al escuchar los gritos llegaron dos policías y me sacaron de ahí, uno de ellos sonriendo. Todo era muy turbio, oscuro, como preparado.
Cuando me subieron para donde estaba el oficial carpeta pedí hacer la denuncia, a lo que me dicen que:
“con qué moral iba a denunciar, que lo que yo hacía era denunciable y ellos no me iban a denunciar a mí”.
Una oficial que se encontraba al lado le decía al de la seguridad que “no me hiciera caso, que a lo mejor ese era el resultado a una provocación mía” (chapilla 10117).
Lo único que recuerdo, después de ese momento en el salón fue que miré al oficial y le dije:
Sabes perfectamente lo que sucedió allá abajo porque ustedes mismos lo prepararon, esto es asqueroso incluso para personas de tan baja calaña como ustedes. Saben que en esta mierda de país una denuncia hecha por una persona como yo, que disiente, no tiene validez para ustedes, por eso se aprovechan para perpetuar estos actos mezquinos. Son peores que Batista! Asesinos hijos de puta! De aquí no me mueven más sino es para llevarme a mi casa, me entendiste!
Creo que ese momento de derroche de coraje o eso trataba de aparentar, los obligó a dejarme en el lobby de la estación hasta que me llamaron para ponerme la multa y un acta de advertencia por violar dispositivos de seguridad. Por supuesto que ninguna de las dos cosas firmé.
¿Qué institución en este país vela por que este tipo de actos realizados a personas que disienten sean penalizados? Esa pregunta me la hacía una y otra vez en aquel espantoso lugar. Lloré, lloré y mucho, creo que aún lloro por dentro. Siento asco, no de mí, sino de ellos.
No tengo deseos de escribir más, espero que me entiendan. Solo quiero dormir y despertar en un país mejor.





No hay comentarios:

Publicar un comentario