Representantes del Ministerio de la Construcción y de la empresa que elabora los materiales estuvieron en la televisión nacional para explicar un nuevo plan del Gobierno que vuelve a convertir a los cubanos en ciudadanos de segunda. La previsión es lograr unos 16,5 millones de las ventas al exterior, principalmente de mármol, con el que reinvertir y modernizar la industria. Mientras, para el mercado nacional, se proponen que el desarrollo local aproveche la arcilla o piedra de cada territorio para vender a los cubanos. La fábrica del monopolio estatal Mathisa en Sancti Spíritus, que elabora almohadillas sanitarias, paró en enero sus líneas de producción por falta de materias primas y de dinero para comprar más. Según su director, la esperanza para reanudar la fabricación es la llegada de un contenedor de polietileno en julio, pero reconoció que el producto se mantendrá escaso en las farmacias. Las cubanas conocen de buena mano la situación y denuncian no haber visto íntimas en las bodegas desde el año pasado. La Federación Cubana de Béisbol paga las pelotas por más del doble de lo que cuestan las utilizadas en las Grandes Ligas de Estados Unidos. La Isla pagó 12 dólares por cada unidad de la marca TeamMate en 2020, frente a los casi seis que cuestan las de Rawlings, fabricante de las de los estadounidenses desde 1977. Cuba, que responsabiliza de la situación al bloqueo, fabricaba sus propios productos hasta que la falta de materia prima llevó a contratarlo con la empresa, del italiano Riccardo Fraccari, cercano a Antonio, hijo de Fidel Castro. Reinaldo Escobar analiza la nueva Ley de Comunicación Social. "Si el oficialismo cubano logra desaparecer la presencia contestataria en los medios, si consigue eliminar las transmisiones en video y comentarios incómodos en las redes sociales, si en sus delirantes ambiciones totalitarias llegara a conquistar ese reducto de mínima resistencia que es interactuar dando un 'me gusta'; si esta ley alcanza sus propósitos, el pueblo quedaría mudo, y aunque la dictadura nunca ha querido escuchar, ahora ni siquiera podrá oír. Terminaría sorda". Ensayo inconcluso sobre el odio, una columna de Yunior García Aguilera. "Sus laboratorios saben que existe una polémica mundial sobre el odio en las redes, que los algoritmos están programados para potenciar o reducir contenidos en dependencia de este dilema. Por eso abusan de palabritas que suenan altruistas y las colocan en sus hashtags. La orden de hablar de amor no es el resultado de un sentimiento genuino, es la orientación oficial del Partido y sus técnicos en el uso de las redes". |
No hay comentarios:
Publicar un comentario