Estados Unidos ha reanudado el programa de parole humanitario que permite a 30.000 migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela ingresar legalmente al país cada mes. La medida fue suspendida en julio después de que una auditoría detectase múltiples irregularidades, desde datos inexistentes o de personas fallecidas a formularios en blanco. Las autoridades explicaron que, a partir de ahora, adoptarán varias medidas para fortalecer “la integridad" del programa, de manera que se pueda reanudar "la expedición de nuevos permisos de viaje". Cuba negó la entrada al país a Saúl Santos Ferro, un represor que, tras emigrar a Florida, fue condenado en Miami en 2019 por mentir a las autoridades migratorias y estafar a la Seguridad Social. La sentencia incluía la exigencia de ser deportado al fin de la pena de prisión, pero, según comentó a la prensa estadounidense el abogado, Santiago Alpízar, las autoridades de la Isla lo rechazaron y "lo mandaron de vuelta en el mismo vuelo en el que llegó". Ahora, está tranquilo y en su casa. El Gobierno de México ha acelerado la llegada de médicos cubanos cuando Andrés Manuel López Obrador está a punto de abandonar la presidencia. El objetivo es contar con 5.223 galenos "lo antes posible", confirmó un funcionario a 14ymedio. La segunda etapa prevé la "llegada de 4.023 sanitarios", una cifra mayor a los 3.800 anunciados en julio pasado. Solo este martes llegaron 198 y se esperan dos vuelos con una ocupación similar para este viernes y sábado. El pueblo de Ceballos, en Ciego de Ávila, acudió en pleno al funeral de Yamila Reyes Tamayo, su hijo de cuatro años, Richard Dariel Núñez, su vecina Raysa Rodríguez y el hijo adolescente de esta, Lester Rivadeneira, asesinados durante un robo en un caso que ha conmocionado a la población. El presunto agresor fue detenido dos días después de los hechos y se espera que sea procesado por un asesinato múltiple que se produce en un momento de alarma social por el aumento de la violencia. Yunior García Aguilera relata su encuentro con Diego Boneta, que en Killing Castro se mete en la piel del dictador. "Más allá de dominar la voz y la gestualidad de su rol, Boneta quería entender el alma del personaje, sus ambiciones, dudas, debilidades y frustraciones. Y ya lo tenía agarrado por los huevos. Cuando le pregunté: ¿cuál crees que era su ideología en ese momento que narra la película? Me contestó: su única ideología, en ese instante y creo que hasta el final de su vida… fue el poder". |
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