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XIX
Breve es la vida, breve
el manantial que la sacia.
Sin embargo, la deriva
a veces se torna rancia
en los seres libertinos
que no escuchan la Palabra.
A veces la brevedad
excesivamente es larga.
XX
El Rey de toda la tierra
siempre hace su voluntad
en su trono de algas verdes
se dispone a vigilar
distorsionados caminos
que conducen hacia el mal.
El Rey de reyes convida
a ir por la ruta veraz.
XXI
De pie en el templo sagrado
la grandeza del Señor
recibe nuestra alabanza
al otro lado de Sión.
Vamos contando las torres
como objetos de guiñol.
El universo es eterno:
¡obra absoluta de Dios!
XXII
La perdición de los hombres
es la avaricia malsana.
Siempre el dinero destruye
la bondad de nuestras almas.
El dinero no se come
ni suplanta nuestras faltas,
aunque plegarias tampoco
cuando falta la esperanza.
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