Tanta cosa inútil
queda por ver
que he preferido guardar los ojos
en el armario
hasta nuevo aviso
cuando el tiempo pase
cuando el espacio merme
cuando el oleaje
se vuelva piedra.
Desvelada en las columnas
la poesía
se
encabalga
entre los rotativos
que se disponen a masacrar
los aires de la paciencia.
Todo es un prólogo
de nuevos intentos
para que los ripios incoherentes
sean considerados ovación
para que la o
va
ción
sea considerada
un váyase a la mierda.
Entre musas perdidas
está rugiendo la añoranza
que no encuentra su balcón
para lanzarse
sin paracaídas
sin casco
sin acceso a los proféticos paraísos
ni
al
infierno.

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