jueves, 18 de febrero de 2010

ALGUNA MANERA DE HACER EL RIDÍCULO

este loco homenaje a los cuadernos
me inspira a continuar
                  martillando las palabras
con gerundios inútiles
(que no perdonan)
transito como cualquier viandante
por las múltiples vidas del poeta.
me incorporo a sus filas
                                        fusil en mano
(es un modo brutal de decir bolígrafo)
y muero con él
sin que nadie nos vea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario