domingo, 19 de febrero de 2012

XXVIII


tras la sed del vigía
he podido reconciliarme con el viento
ahora
que el mundo es la cuerda floja
el orfanato
         en la apacible búsqueda de los retoños.
sufro
                 (en parte)
ser la novia del tonto de la colina.
no importa si la puesta de sol
                         se estrella contra el vacío
o doy traspiés en torno a la furia.
alguien arrastra sus calles por mi vientre
y tú
sigues lanzando mandamientos
                          en la víspera del renacer
mientras reparten mi cuerpo en la gran cena.
soy una partícula de universo
la hembra marcada que regresa del polvo.

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