mi voz no
reclama los espejos.
en el más allá
no existen menguantes:
solo sombras
sin mapamundi.
es difícil ser doncella
o gato
o lámpara.
quedó
sepultada tu oración
en los senos de la noche.
agítala en mi
lengua
porque ahora
y solo
ahora
no llevo rabia
entre los dedos.
Un estupendo poema, amiga. Es de mucho merecer, el nivel que mantiene tu poética. Te felicito.
ResponderEliminarBesos
Gracias, querido Pichy. Algún día nos pondremos a tertuliar, como viejos amigos, frente al faro del Morro.
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