Isla en Verso me
catapulta al infinito
donde se enrocan
las palabras
en su rol de
jaque perpetuo.
las uvas me
sorprenden en la axila de la noche
tras abandonar la
poltrona de la espera.
Isla en Verso
aprisiona mis sentidos frente a los cristales.
la mar en calma
sostiene mis pasos desnudos
comprende que doy
puntadas a las horas
con hilos de añoranza
y a veces
de aparente
olvido.
sabe que doy
escarmiento al silencio
para volar entre
papeles de hiel
que reciclan
mi parsimonia.
Isla en Verso
quiere remendar mi soledad
-o más claro:
esta ausencia con
dotes de conquista-
¡la ebriedad es
mal presagio!
Isla en Verso
sofoca mi lengua en las tertulias
en las nieves de
distancia y desamparo.
ella me quiere en
su vientre
otra
vez
a fin de cuentas
qué puedo aportar
a la causa de la sinrazón
de este atropello
perenne entre las manos
que nunca han
dejado de explorarla.
Me resulta un poema estupendo, amiga.
ResponderEliminarBesos