domingo, 15 de febrero de 2015

De: AL FILO DE LA FE

GÉNESIS XIX

amor
quisiera tener la dulzura necesaria
para acudir a ti
como cualquier muchacha simple
que arde junto al mar.
con el corazón puedo tocar el horizonte
pero no consigo
quitar las piedras de la carne.
nadie sabe lo peligroso
que puede resultar el silencio.
nadie sabe
cómo proliferan las grietas
en el alma.
todos ocultan la causa del lamento
cuando los estigmas revelan el grito
el sexo
sobre la espalda del hambre
o qué más da...
todos se entregan a sus máscaras
de indómitos pecadores
arrepentidos
camuflados en su acto de contrición.

2 comentarios:

  1. Libro hecho a dos manos con mi amiga, la poeta argentina, Verónica M. Cepeda.

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  2. Qué bien se me da el poema, amiga. Estupendo!

    Beso

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