ESPIRAL
Nadie
remueve los cardenales de mi pecho.
Los
viejos desprenden su ansia de vivir
mientras
redobla la alegría
marchita
en los cristales.
He
contado los árboles que perdí en la infancia
(fueron
todos)
y
deshojo el recuerdo
de
no tener recuerdos.
Acabo
de encender el viaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario