en la
clandestinidad de la palabra, compañeros,
vengo a
decirles que bla bla bla, pero no me dejan hablar sin ficharme.
vengo a
testimoniar que las palabras hacen cola en el silencio,
que soy
fantasma de los escándalos más rudos a las puertas del virtuosismo
y en la
cicatriz de cada paredón que me desnuda a punta de pistola y astrolabio,
que no puedo
entender la soledad al cumplirse nuestro voto de ternura
y no sé si
verso endemoniado o discurso atan mi lengua a la desidia
o me hacen
rea de la vergüenza
y de estas
cuatro paredes que son un rincón más entre las espinas del mundo.
ya no puedo
rebelarme sin faltar a la modestia.
no quiero
envejecer como castillo medieval o lamebotas
ni ser
euforia o coito en medio de la manada dócil.
jamás asistiré
al festín de la justicia -al menos con zapatos-
jamás habrá
JUSTICIA
ni toma de
conciencia en copa de champán o caviares o puros habanos o...
tened en
cuenta que la historia es una farsa:
mina que se
advierte como coágulo de pobreza
en cada gemido
de las tripas.
Me resulta un muy bien logrado poema, amiga. Bien visceral, y de buen gusto estético.
ResponderEliminarAbrazos
admiro tu actitud y tu estilo. saludos. (http://alejandrovargassanchez.blogspot.com
ResponderEliminarGracias, amigos!
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