Para qué preocuparme cotidianamente
si todas las cabezas están condenadas
al martirio de soñar entre escorpiones.
El pórtico de la buena fe me golpea el
rostro
mientras arde frente al calendario
sin oráculo que abra playas en los ojos de
una estrella.
Siempre ondean penas en la memoria
cuando el rocío hace entrada en nuestro
acontecer.
¡Ay lágrima seductora en los
reclamos!
¿Cómo no aferrar una sonrisa
que me lleve más allá de los reptiles?
Presiento la insensatez en los moradores
del averno.
En resumen:
la ilusión convive con las bombas.
MDenis©estevientotandiabólico
Qué bien discursa este poema, amiga. Me resulta muy bien logrado. Qué placer leerte.
ResponderEliminarFuerte abrazo
Muchas gracias!
EliminarAbrazo fortísimo!!!
Lo comparto en FB; porque no me sale el símbolo de Gogle
ResponderEliminarTodo tuyo, amigo. Mil gracias siempre!!!
EliminarAbrazo
Cada mundo tiene la
ResponderEliminardimensión de sus instantes
el cumulo de su historia
en la debilidad de sus ayeres
la vitalidad de su frecuencia
y la fetidez de lo marchito.
Cada pasaje es un trono y
una corona
la fertilidad de sus errores
un maravedí y una limosna
la causa que late
en la confesión de su esencia
cada despertar ofende con nuevos miedos.
Un barniz viejo que se oculta y
otro como el oro que florece
un hambre no descifrada
en un indulto a la ignorancia.
preciosa poesía felicitaciones
Preciosa también la tuya, Nelson.
EliminarSiempre agradecida!!!