Oh,
mi fiel, ¿hacia qué universo hacer volar las emociones? ¿Qué indumentaria podré
calzar para llegar a tus labios? ¡Qué dulzura, qué dulzura, Dios mío! ¡Qué
profunda es la fiebre que he guardado no sé hasta cuál estrella, acertijo o
maldición! Yo podría decirte, mi fiel, que soy un manojo de hojarasca. Que el
invierno está latiéndome en las venas. ¡Pero no! Podría decirte una flor, una
lágrima aunque me cueste la vida. Jurar que he pecado contra la luz y el calor.
Que he devorado minutos en vigilia celestial. Horas. Siglos… ¡Pero eso tampoco!
Que he escrito con mi boca sobre las líneas de tu cuerpo cuánto te amo, aunque
el tiempo no fue suficiente ni mi corazón. Había más. Hay más. Podría
eternamente abrazar tu perfume de ángel dulce, afrodisíaco, inocente… No voy a
decir que te amo. No ahora cuando Mambrú regresa al mundo y en los verdes
paisajes dejó sus mieles en un beso escondido. Me falta Venecia en tus ojos y
es tu aliento quemándome sin ti en la Plaza de San Marcos… Hoguera para mi
rabia… Oh, fiel, desliza mis pañuelos por tu rostro. Encubre las perlas que han
saltado más de una vez bañando el aire de mi ausencia… Un minuto de silencio… No
consigo respirar sin tu oxígeno. Llega tu alba a mi noche. Aquí veintitrés y
treinta y un calor mortal… Látigo para el encantamiento... Ahora mando un beso
a la deriva. Quede claro que cualquier semejanza puede ser Dios… En mi pecho se
enredan los bosques y eres tú floreciendo en las palomas.
MDenis©1996locasestaciones
Imagen tomada de la red
Se me da muy bie logrado, amiga."Cuando Mambrú regresa al mundo...qué bien!
ResponderEliminarBeso
Gracias, amigo. Este texto fue escrito en Cuba...
ResponderEliminarAbrazos!