LA LEJANÍA
ES UN HILO QUE SE RETUERCE EN EL ESPACIO
¿Qué nos queda tras el telón caído
sobre las mieles derramadas?
El soplo de vida que conmueve al mundo
es tan mortal como el suspiro.
Nada.
Nada queda
-solo la oración de la árida noche
solo la caravana triste de los hombres
buscadores de pan
en la miseria de las
almas aulladoras-.
¿Qué nos queda?
Ni siquiera el cielo puede llorar a plenitud
sobre los escombros
y
cuando lo hace
arrasa con la
esperanza.
¿Qué nos queda?
Solo palpita
la lívida ternura de los astros
allá
a lo lejos inalcanzable
MDenis©2018
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