he bajado a la melladura
libérame de la ciudad rota
a la grupa de tu mano.
yo no cumplo el mandamiento de inmolarme
y debes salvarme de la mezquina apariencia.
he padecido los abortos a la orilla del mundo
y dejé caer las mañanas
en que el tiempo dolía.
hoy
ajusto un destello de amor propio.
soy la pared
el espantapájaros
el miocardio dormido dentro de una botella
de costumbres.
hoy
ResponderEliminarajusto un destello de amor propio
¡Felcitaciones poeta! escribes maravillosamente.
Mis cordiales saludos
Muchas gracias, Adelfa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Brava!
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