lunes, 12 de marzo de 2012

XX


Tu cólera cae sobre estas manos y entierra mi lengua en la bahía.  ¿Dónde está el puente?  No puede hincar la rodilla.  Se me ocurre ladrar -perro al fin: agradecido- y voy lejos en mi círculo vicioso para desteñir el coraje.  Estoy matando el tiempo en espera de tu voz, de un jeroglífico o la señal de humo.  Mis cartas se queman de soledad.  Hacen falta un poco de paciencia y una cuerda para apretar el cuello de los ángeles.  Aquí cualquiera es ángel.  Todos rezamos un mundo a puerta cerrada.  Ten piedad de nosotros si nos escupes las entrañas.  Tensa la brújula con la que ahorcamos al sueño.

1 comentario:

  1. Una voz desesperada y apasionada al mismo tiempo
    Enhorabuena!
    http://mariaiholandarondon.blogspot.com

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